El día de la totalidad

Todos sin darnos cuenta seccionamos el amor. Dirigimos nuestra atención y nuestros afectos hacia determinadas personas y cosas. De esta manera creemos que hay personas y cosas más valiosas que otras, en las cuales depositamos el valor de nuestra vida.

Nuestro amor es determinado por la acción de metas y entes externos. Asumimos, por tanto, que esos cuerpos ajenos deben cuidar de nosotros, sufragar nuestras carencias. Y, desde aquí, en este nivel de relación:- yo y él, o lo otro-, al no ser lo comprendidos que quere- mos, lo amados que deberíamos, lo acompañados que necesitamos ser, pues sufrimos.

A esto lo podemos llamar un amor con deudas, un amor especial, un amor con culpa. Muchas veces le decimos también enamoramiento, fraguándose una visión desde la carencia: el otro o las otras cosas van a darme un valor que yo creo no poseer. Olvidamos que la felicidad pacífica y total que nos subyace, siempre, es nuestro verdadero amor y el de todas y todos. Cuando nos pensa-mos o creamos una película necesitada de afectos y negociaciones, caprichos, no hay verdad ahí.

Observemos esto. Cuando los pensamientos se apartan y, el otro, no necesita hacer nada para que yo sea feliz, entonces estamos en presencia de la belleza profunda de la Realidad. Una belleza que no separa, que unifica, no interpreta, no enjuicia; que sabe su condición ontológica de abundancia, Ser. Hasta las mentes con más sombras en nuestra especie humana tienen amor, son inocentes.

Es por eso que al establecernos en este trono, comprendemos que la verdadera confianza y riqueza está en nuestro interior, y surgen de ahí relaciones, con toda la humanidad y con todos los seres, de manera igualitaria desde la neutralidad, sin interpretación, sin apegos. SER AMOR. Quizá este mes sería interesante para recordar nuestra fuente interior. Nuestra totalidad. Traer a nuestra Consciencia lo que verdader- amente Somos: Unidad. Observemos. Respiremos un momento. Cerremos los ojos. Veamos que no necesitamos nada, salvo estar en paz. Ese es el verdadero amor: la paz que somos.

Habiramy | Fundadora de Ser Casasandra. Escritora, artista visual y empresaria. Es conferencista, facilitadora y terapeuta de Un Curso de Milagros (@habiramy_official)

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